If ai so yu in jeven
No es que me de derrepente por escribir sobre la vida, pero la verdad es que es en lo único que he estado pensando últimamente.
Que si siempre odié a mi abuela, que si ella siempre me odió, el hecho es que ella y yo jamás nos llevamos bien. No me quería, y aunque suene muy crudo es la verdad.
¿Porqué me he estado acordando tanto de mi abuela?
Será por que encontré una foto de cuando yo tenía 1 año y ella sale conmigo. También salen 2 de mis primos. Lo único que se de ellos es que los tengo como amigos en facebook, y fuera de eso, somos totalmente ajenos. El hecho de que hace 20 años hayamos compartido el mismo espacio, y el mismo instante -aquel en el que se tomo la fotografía- no significa nada. Como tampoco significa nada el hecho de que mi familia sea muy numerosa. Al final siempre te quedas solo, aunque estés rodeado de muchísimas personas.
"En la familia lo único que se comparte es el odio y la envidia"
Me lo dijo mi madre el otro día.
Tal vez sea el hecho de que la situación en la que se encuentra mi país es una verdadera mierda, o tal vez, simplemente, es uno de esos momentos pro-menopausia por el que pasa mi madre de vez en cuando. Eso o el hecho de que las cosas suban de precio de manera desorbitada provoca en mi madre y en mi una apatía natural que choca cada que nos cruzamos en la cocina o en la sala de mi casa.
¿Pero qué demonios?
No no no no no, la verdad no se ya ni que es lo que está pasando.
No es tan fácil como ponerte tu pijamita y decir buenas noches nos vemos mañanita.
Muchas veces me he puesto a pensar, ¿qué es de las demás personas?. Si a todxs ellxs les interesan o molestan las mismas cosas que a mí.
Siempre recuerdo a mis ex compañeros de la primaria-secundaria-prepa. Esos que se dicen tus "amigos" pero cuando sales de la escuela ya jamás vuelves a saber de ellos. O esos con los que jamás congeniaste, aquellos a los que molestabas y los otros a los que veías pasar a lo lejos en el patio de la prepa.
¿Que será de todos ellos?
¿A qué se dedican?
¿Acaso se acordarán de ti, de la misma forma aleatoria en la que tú lo haces?
¿Susanita estará estudiando para chef como me lo había dicho en tercero de primaria? ¿Marianita habrá hecho las pases con su papá? ¿Albertito siguió con su sueño de ser comentarista de deportes? ¿Dieguito me seguirá amando? ¿Paulinita si se habrá a ido a vivir a otro estado como siempre decía?
No lo sé. Y quizás nunca llegue a saberlo.
Me gusta pensar, que por algún azar del destino algún día me volveré a cruzar con Susanita, Marianita, Albertito, Dieguito o Paulinita. Y me gusta pensar aún más, en el hecho de que tal vez ya nos cruzamos y no nos reconocimos. Mejor así. Pero eso no demerita el hecho de que siga pensando de vez en cuando en todos ellos.
Es más o menos como cuando era niña y tenía un billete. Ya sea que me lo diera mi madre, o me lo encontrara en la calle, lo primero que hacía era buscar unas tijeras y cuidadosamente le cortaba las 4 esquinas. No mucho, no quería ser tan obvia. Pero en mi mente ocurría una especie de ritual, y siempre me decía a mi misma "este billete en algún futuro volverá a mi y lo sabré por que voy a ver que no tiene esquinas". Hasta ahora sigo revisando cualquier billete que llega a mis manos y a ninguno le falta siquiera una esquina.
De vez en cuando me da por ver los anuarios de la prepa y observar detalladamente a todas y cada una de las personas que compartieron conmigo esa franja de tiempo. Otras veces me da por buscarlos en facebook. Pero no los agrego. Me basta con ver su foto de perfil y descubrir que no han cambiado mucho en cuanto a sus facciones. Tal vez intente de nuevo esto en unos 10 años para ver otro tipo de resultados.
Todo esto es como si alguien ajeno a este mundo lo estuviera viendo. Me parece extraño a mi, y supongo que a los demás también. Pero se que en algún lugar de este mundo, Susanita, Marianita, Albertito, Dieguito, Paulinita y los billetes que intervine en mi infancia siguen circulando por ahí. Después de todo, de eso se trata esto. Movimiento. Movimiento en estado puro.
Si no te mueves te consumes. No te queda de otra.
Las cosas van y vienen. Y me temo que las personas también. Solamente lo realmente atado a nuestra propia persona se queda con nosotros y no se va.
No se va.
No se van y desaparecen de tu vista como aquel par de chanclas que dejé ir apropósito en un río.
Una prima de mi papá me dijo despúes de eso -como a manera de consuelo- "no te preocupes, seguro que las chanclas llegaron al mar y antes de que se perdieran en él, alguién de un pueblo cercano las encontró y ahora las ha de estar usando"
Tal vez sea por eso que me gusta dejar ir las cosas. Movimiento y curiosidad por sobre todo.
La mayor parte del tiempo me da por dejar ir mi mente. Me gusta pensar que hay mil probabilidades. Mundos alternos.
Y tal vez en alguno de esos mundos, mi abuela si me quiso, Enrique creció junto a mí, se de la vida de Susanita, Marianita, Albertito, Dieguito o Paulinita, y en más de una ocación, han vuelto a mí los billetes sin esquinas.
Me gusta sincerarme conmigo misma.
Tal vez es momento de retomar el ritual de cortar las esquinas de los billetes y esperar que de alguna u otra forma, vuelvan a mí.
Que si siempre odié a mi abuela, que si ella siempre me odió, el hecho es que ella y yo jamás nos llevamos bien. No me quería, y aunque suene muy crudo es la verdad.
¿Porqué me he estado acordando tanto de mi abuela?
Será por que encontré una foto de cuando yo tenía 1 año y ella sale conmigo. También salen 2 de mis primos. Lo único que se de ellos es que los tengo como amigos en facebook, y fuera de eso, somos totalmente ajenos. El hecho de que hace 20 años hayamos compartido el mismo espacio, y el mismo instante -aquel en el que se tomo la fotografía- no significa nada. Como tampoco significa nada el hecho de que mi familia sea muy numerosa. Al final siempre te quedas solo, aunque estés rodeado de muchísimas personas.
"En la familia lo único que se comparte es el odio y la envidia"
Me lo dijo mi madre el otro día.
Tal vez sea el hecho de que la situación en la que se encuentra mi país es una verdadera mierda, o tal vez, simplemente, es uno de esos momentos pro-menopausia por el que pasa mi madre de vez en cuando. Eso o el hecho de que las cosas suban de precio de manera desorbitada provoca en mi madre y en mi una apatía natural que choca cada que nos cruzamos en la cocina o en la sala de mi casa.
¿Pero qué demonios?
No no no no no, la verdad no se ya ni que es lo que está pasando.
No es tan fácil como ponerte tu pijamita y decir buenas noches nos vemos mañanita.
Muchas veces me he puesto a pensar, ¿qué es de las demás personas?. Si a todxs ellxs les interesan o molestan las mismas cosas que a mí.
Siempre recuerdo a mis ex compañeros de la primaria-secundaria-prepa. Esos que se dicen tus "amigos" pero cuando sales de la escuela ya jamás vuelves a saber de ellos. O esos con los que jamás congeniaste, aquellos a los que molestabas y los otros a los que veías pasar a lo lejos en el patio de la prepa.
¿Que será de todos ellos?
¿A qué se dedican?
¿Acaso se acordarán de ti, de la misma forma aleatoria en la que tú lo haces?
¿Susanita estará estudiando para chef como me lo había dicho en tercero de primaria? ¿Marianita habrá hecho las pases con su papá? ¿Albertito siguió con su sueño de ser comentarista de deportes? ¿Dieguito me seguirá amando? ¿Paulinita si se habrá a ido a vivir a otro estado como siempre decía?
No lo sé. Y quizás nunca llegue a saberlo.
Me gusta pensar, que por algún azar del destino algún día me volveré a cruzar con Susanita, Marianita, Albertito, Dieguito o Paulinita. Y me gusta pensar aún más, en el hecho de que tal vez ya nos cruzamos y no nos reconocimos. Mejor así. Pero eso no demerita el hecho de que siga pensando de vez en cuando en todos ellos.
Es más o menos como cuando era niña y tenía un billete. Ya sea que me lo diera mi madre, o me lo encontrara en la calle, lo primero que hacía era buscar unas tijeras y cuidadosamente le cortaba las 4 esquinas. No mucho, no quería ser tan obvia. Pero en mi mente ocurría una especie de ritual, y siempre me decía a mi misma "este billete en algún futuro volverá a mi y lo sabré por que voy a ver que no tiene esquinas". Hasta ahora sigo revisando cualquier billete que llega a mis manos y a ninguno le falta siquiera una esquina.
De vez en cuando me da por ver los anuarios de la prepa y observar detalladamente a todas y cada una de las personas que compartieron conmigo esa franja de tiempo. Otras veces me da por buscarlos en facebook. Pero no los agrego. Me basta con ver su foto de perfil y descubrir que no han cambiado mucho en cuanto a sus facciones. Tal vez intente de nuevo esto en unos 10 años para ver otro tipo de resultados.
Todo esto es como si alguien ajeno a este mundo lo estuviera viendo. Me parece extraño a mi, y supongo que a los demás también. Pero se que en algún lugar de este mundo, Susanita, Marianita, Albertito, Dieguito, Paulinita y los billetes que intervine en mi infancia siguen circulando por ahí. Después de todo, de eso se trata esto. Movimiento. Movimiento en estado puro.
Si no te mueves te consumes. No te queda de otra.
Las cosas van y vienen. Y me temo que las personas también. Solamente lo realmente atado a nuestra propia persona se queda con nosotros y no se va.
No se va.
No se van y desaparecen de tu vista como aquel par de chanclas que dejé ir apropósito en un río.
Una prima de mi papá me dijo despúes de eso -como a manera de consuelo- "no te preocupes, seguro que las chanclas llegaron al mar y antes de que se perdieran en él, alguién de un pueblo cercano las encontró y ahora las ha de estar usando"
Tal vez sea por eso que me gusta dejar ir las cosas. Movimiento y curiosidad por sobre todo.
La mayor parte del tiempo me da por dejar ir mi mente. Me gusta pensar que hay mil probabilidades. Mundos alternos.
Y tal vez en alguno de esos mundos, mi abuela si me quiso, Enrique creció junto a mí, se de la vida de Susanita, Marianita, Albertito, Dieguito o Paulinita, y en más de una ocación, han vuelto a mí los billetes sin esquinas.
Me gusta sincerarme conmigo misma.
Tal vez es momento de retomar el ritual de cortar las esquinas de los billetes y esperar que de alguna u otra forma, vuelvan a mí.
Y mantener las cosas importantes cerca.
Comentarios
Tu vida es como para escribirla en un libro largo, de esos que te hacen reír y llorar.
Mi abuela tampoco nunca me quiso y, a diferencia de mi, creo que tú no la quisiste pero sí quisiste hacerlo. En mi caso no, no me interesa en lo más mínimo, lo que da para que ni pena me de, ni nostalgia ni lo que sea. No es tema para mí, me resbala.
Amo tus historias de "dejar ir", es muy bonito y SANO pensar en que después hay algo más, que las chanclas serán usadas por alguien que las encontró y que aquellos billetes volverán algún día a ti. Me encanta.
Pero en la vida interpersonal no es así, y he tenido que aprenderlo a golpes... Yo doy y doy y doy, y cuando me dan espero que sea como yo di (con el mismo furor o intensidad). Lo que, por lo general, no es así... y me deprime mucho. Me deprimía.
Ahora ya aprendí a dar sin esperar, era eso o aprender a No dar... lo que no iba conmigo.
Hay ciertas cosas que no volverán, pero hay que pensar que quizás están en un mejor lugar.
Y entre Quizás y Algún día, todo se hace más llevadero.
La vida cambia, pero sin duda yo tambien me pregunto que hubiese sido o si en otra realidad alterna las cosas son como las pense o aquellas cosas que en esta no pasaron si pasaron alla.
=)