Enrique
Así como el pan se ve mas lindo con mermelada de fresa, yo me veía muy bien con Enrique.
Bueno, que mas podía esperar, yo solamente era una niñata.
Pero creo que la amistad que tenía con Enrique era muy especial.
Yo corría y el me seguía, completamente desinteresado. El destrozaba las plantas de mi madre mientras ella le gritaba desde la ventana y yo reía. El me cantaba en el oído mientras yo tenía ganas de darle un golpe por haberme espantado de esa manera.
Después de todo, éramos solamente unos crios jugando en el patio de mi casa.
Ahora que analizo mi situación -varios años después- relaciones como esa ya no las hay hoy en día.
Enrique, Enrique, Enrique... es tan lejano, pero a la vez tan claro aquel momento en el que te separaste de mi para siempre.
Aquel terrible día, mi abuela (aquella mujer que aún hoy en día me sigue aterrando, a pesar de que ya no está en este mundo) irrumpió deliberadamente en mi hogar y brutalmente asesinó a Enrique.
De Enrique solo quedaron escasos restos en el bote de la basura y una mancha de sangre en el patio trasero que al poco rato se borró para siempre.
Mi abuela, triunfante, ese día comió pollo.
Mientras yo lloraba amargamente en mi cuarto.
Siempre te quise, Enrique.
Bueno, que mas podía esperar, yo solamente era una niñata.
Pero creo que la amistad que tenía con Enrique era muy especial.
Yo corría y el me seguía, completamente desinteresado. El destrozaba las plantas de mi madre mientras ella le gritaba desde la ventana y yo reía. El me cantaba en el oído mientras yo tenía ganas de darle un golpe por haberme espantado de esa manera.
Después de todo, éramos solamente unos crios jugando en el patio de mi casa.
Ahora que analizo mi situación -varios años después- relaciones como esa ya no las hay hoy en día.
Enrique, Enrique, Enrique... es tan lejano, pero a la vez tan claro aquel momento en el que te separaste de mi para siempre.
Aquel terrible día, mi abuela (aquella mujer que aún hoy en día me sigue aterrando, a pesar de que ya no está en este mundo) irrumpió deliberadamente en mi hogar y brutalmente asesinó a Enrique.
De Enrique solo quedaron escasos restos en el bote de la basura y una mancha de sangre en el patio trasero que al poco rato se borró para siempre.
Mi abuela, triunfante, ese día comió pollo.
Mientras yo lloraba amargamente en mi cuarto.
Siempre te quise, Enrique.
Comentarios
:(
Ame la redacción, ame el final deliberado pero a la vez lo odie... .-. Creo que enloqueci xD
lloré
y odié a tu abuela :(
Estoy cien por cien seguro que los pollitos karatekas seguramente harán una rajadura en la tela dimensional solo por esa afrenta y como los testimonios aseguran mas de uno fue brutalmente picoteado en el mas por allá.
mal pedo.
me has hecho el día.