Baby Wars
Hace 4 años publiqué cierta entrada coqueta en donde hago una recopilación de sucesos "épicos" de mi infancia. En esa ocasión no incluí uno que a mi parecer, es el más épico-bizarro-absurdo-estúpido que me ocurrió, ya que decidí hacerle su propia entrada "después". Y he aquí ese después 4 malditos años después, pero como dicen por ahí, más vale tarde que nunca.
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En una ocasión llegó a nuestro hogar una señora con una niña. La niña era más o menos de mi edad (me encontraba en algún punto entre los 6 y los 7 años) así que "se nos hizo fácil" ponernos a dibujar sin siquiera preguntarnos nuestros nombres.
La señora en cuestión era una ¿amiga de mi mamá? ¿conocida? ¿vecina?, realmente no recuerdo, pero había ido a nuestro pequeño hogar a que mi madre le hiciera una blusa o algo parecido yla muy inteligente no llevaba la tela y a última hora mi madre le tuvo que solucionar la vida. Total, nos dijeron que nos quedáramos dibujando en lo que salían a comprar/conseguir/ver/admirar la tela y que "no se iban a tardar, pero que si se tardaban pues que las esperáramos, ni modo". Después de todo, ¿qué podrían hacer dos mocosas aparte de perder el tiempo dibujando en el piso?..... ¿matarse?, naaaah...... ¿¡O SI?!
Después de la amarga experiencia de aquella vez en la que mi madre salió del hogar y me quedé sola (punto 6 de la entrada que se menciona al principio) quedó MUY claro que le bajara a mi drama y me recomendaron hacer otras cosas para pasar el rato por si me quedaba sola en casa, por lo que casi siempre tenía colores y hojas en el piso de la sala o mis juguetitos ahí para entretenerme. Y específicamente en aquella ocasión, estaba acompañada, así que, no tenía porqué darme otro de mis ataques de ansiedad y todo esta pintado para pasar un rato bomba dibujando con la niña.
Estábamos pintando alegremente cuando pasó algo que no me explico, algo que no tiene explicación coherente de por si, pero simplemente pasó.
De pronto me acordé que en el baño había un bote con rastrillos (Gillette) (porque mi papá los compraba por tiras y los guardaba en ese bote) y no sé porqué le revelé a esta niña aquel "secreto de señor" y se nos ocurrió "jugar a la guerra" usando los rastrillos como si fueran espadas.
MUY BIEN.
En menos de tres segundos cada una ya tenía un rastrillo en la mano y empezamos a "atacarnos" agitando los rastrillos frente a nosotras como imbéciles, tomando en cuenta que ni siquiera estábamos cerca de la otra, así que si alguien nos hubiera visto, se hubiera partido el lomo de la risa.
Sinceramente no recuerdo si le causé alguna herida o algún mínimo rasguño ya que lo que sigue pasó tan rápido que me desquicié y con el tiempo mi mente ha borrado recuerdos pero fue algo más o menos así:
Nuestra sofisticada coreografía con rastrillo en mano empezó a ser cada vez más mortal ya que poco a poco nos acercábamos, dispuestas a cortarnos la yugular porque estábamos en la guerra y es bien sabido que en la guerra todo se vale y alguien tiene que ser derrotado para que haya un ganador, obviamente nuestras pequeñas e inexpertas mentes en ningún momento se detuvieron a pensar si "jugar" con rastrillos era una buena idea y mucho menos nos detuvimos a evaluar los daños que SEGURAMENTE iban a ocurrir.
Cuando de pronto ocurrió. Un pedazo de mi muñeca fue rasurado entre tanto movimiento y al ver la sangre y sentir un ligero picor grité PIDOS, PIDOS! y la matanza fue pausada momentáneamente. ¿La solución? lavarme la herida y enrollarme la mano entera con papel de baño y seguir "jugando", claro.
Al estar lisiada y siendo la mano derecha la afectada, me puse a atacar con la mano izquierda y mi skill de espadachín bajó considerablemente.
Para mi mala suerte, tropecé y me caí de sentón, viendo de frente a mi enemiga, la cual tenía una mirada de VICTORIA y SANGRE en sus ojos, que la verdad a esas alturas, si me dio miedo, por lo que empecé a arrastrarme hacia atrás tratando de escapar de ella.
En ningún momento se me ocurrió decirle que le bajara a su intensidad, que no me atacara porque estaba en clara desventaja, o decir el típico "ya no juego", y para colmo, desde que tengo memoria me gusta estar descalza cuando estoy en casa, así que que esta niña me vio como carnita fresca y se me aventó con el rastrillo en alto para terminarme de matar de una buena vez, pero alcancé a hacerme para atrás un poco más, provocando que la morrita cayera de panza al piso pero no sin antes rasurarme un trozo de tobillo.
Y así fue como la morrita quedó casi sin aire en el piso y yo quedé de igual manera pero casi sin sangre drama queen detected tratando de asimilar qué carajos había pasado...
Cuando de pronto, algo en mi mente me dijo "¿ves tu sangrita? si no pones en orden todo va a llegar tu mamá y con esa misma sangrita va a trapear todo el piso y no te la vas a acabar" así que EN FRIEGA me levanté, le quité el rastrillo a la niña y junto al mío los envolví en papel de baño y los tiré a la basura (siempre he pensado que si envuelves lo suficientemente bien algo con papel de baño te deshaces de la evidencia......) repetí el mismo proceso de "curación" en mi tobillo, e incluso, me puse calcetines y zapatos y fui con la niña y le dije que se levantara porque si no "nos iban a regañar".
Después todo es confuso, pero llegaron nuestras madres y nosotras seguimos dibujando entre uno de los silencios más incómodos que me ha tocado vivir. Al rato la señora se fue llevándose consigo a la pequeña carnicera, de la cual, nunca supe su nombre y nunca más la volví a ver.
Los siguientes días fueron una lucha constante ocultando mi falta de carnita porque era más que seguro que me iba a regañar mi mamá. Y al día de hoy me quedaron dos pequeñas cicatrices como recuerdo de aquel día y unabonita historia para contar.
A veces me pregunto si así como yo cuento esta historia esa misma niñahoy mujer la cuente a su manera....
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En una ocasión llegó a nuestro hogar una señora con una niña. La niña era más o menos de mi edad (me encontraba en algún punto entre los 6 y los 7 años) así que "se nos hizo fácil" ponernos a dibujar sin siquiera preguntarnos nuestros nombres.
La señora en cuestión era una ¿amiga de mi mamá? ¿conocida? ¿vecina?, realmente no recuerdo, pero había ido a nuestro pequeño hogar a que mi madre le hiciera una blusa o algo parecido y
Después de la amarga experiencia de aquella vez en la que mi madre salió del hogar y me quedé sola (punto 6 de la entrada que se menciona al principio) quedó MUY claro que le bajara a mi drama y me recomendaron hacer otras cosas para pasar el rato por si me quedaba sola en casa, por lo que casi siempre tenía colores y hojas en el piso de la sala o mis juguetitos ahí para entretenerme. Y específicamente en aquella ocasión, estaba acompañada, así que, no tenía porqué darme otro de mis ataques de ansiedad y todo esta pintado para pasar un rato bomba dibujando con la niña.
Estábamos pintando alegremente cuando pasó algo que no me explico, algo que no tiene explicación coherente de por si, pero simplemente pasó.
De pronto me acordé que en el baño había un bote con rastrillos (Gillette) (porque mi papá los compraba por tiras y los guardaba en ese bote) y no sé porqué le revelé a esta niña aquel "secreto de señor" y se nos ocurrió "jugar a la guerra" usando los rastrillos como si fueran espadas.
MUY BIEN.
Tomen todos las armas, nos vamos a la guerra. |
Sinceramente no recuerdo si le causé alguna herida o algún mínimo rasguño ya que lo que sigue pasó tan rápido que me desquicié y con el tiempo mi mente ha borrado recuerdos pero fue algo más o menos así:
Nuestra sofisticada coreografía con rastrillo en mano empezó a ser cada vez más mortal ya que poco a poco nos acercábamos, dispuestas a cortarnos la yugular porque estábamos en la guerra y es bien sabido que en la guerra todo se vale y alguien tiene que ser derrotado para que haya un ganador, obviamente nuestras pequeñas e inexpertas mentes en ningún momento se detuvieron a pensar si "jugar" con rastrillos era una buena idea y mucho menos nos detuvimos a evaluar los daños que SEGURAMENTE iban a ocurrir.
Cuando de pronto ocurrió. Un pedazo de mi muñeca fue rasurado entre tanto movimiento y al ver la sangre y sentir un ligero picor grité PIDOS, PIDOS! y la matanza fue pausada momentáneamente. ¿La solución? lavarme la herida y enrollarme la mano entera con papel de baño y seguir "jugando", claro.
Al estar lisiada y siendo la mano derecha la afectada, me puse a atacar con la mano izquierda y mi skill de espadachín bajó considerablemente.
Para mi mala suerte, tropecé y me caí de sentón, viendo de frente a mi enemiga, la cual tenía una mirada de VICTORIA y SANGRE en sus ojos, que la verdad a esas alturas, si me dio miedo, por lo que empecé a arrastrarme hacia atrás tratando de escapar de ella.
En ningún momento se me ocurrió decirle que le bajara a su intensidad, que no me atacara porque estaba en clara desventaja, o decir el típico "ya no juego", y para colmo, desde que tengo memoria me gusta estar descalza cuando estoy en casa, así que que esta niña me vio como carnita fresca y se me aventó con el rastrillo en alto para terminarme de matar de una buena vez, pero alcancé a hacerme para atrás un poco más, provocando que la morrita cayera de panza al piso pero no sin antes rasurarme un trozo de tobillo.
Crestomatía |
Cuando de pronto, algo en mi mente me dijo "¿ves tu sangrita? si no pones en orden todo va a llegar tu mamá y con esa misma sangrita va a trapear todo el piso y no te la vas a acabar" así que EN FRIEGA me levanté, le quité el rastrillo a la niña y junto al mío los envolví en papel de baño y los tiré a la basura (siempre he pensado que si envuelves lo suficientemente bien algo con papel de baño te deshaces de la evidencia......) repetí el mismo proceso de "curación" en mi tobillo, e incluso, me puse calcetines y zapatos y fui con la niña y le dije que se levantara porque si no "nos iban a regañar".
Después todo es confuso, pero llegaron nuestras madres y nosotras seguimos dibujando entre uno de los silencios más incómodos que me ha tocado vivir. Al rato la señora se fue llevándose consigo a la pequeña carnicera, de la cual, nunca supe su nombre y nunca más la volví a ver.
Los siguientes días fueron una lucha constante ocultando mi falta de carnita porque era más que seguro que me iba a regañar mi mamá. Y al día de hoy me quedaron dos pequeñas cicatrices como recuerdo de aquel día y una
A veces me pregunto si así como yo cuento esta historia esa misma niña
Recuerdo de |
Comentarios
Yo también me pregunto si ella la contará, qué contará, cómo lo recordará... qué cosas!!!
reí mucho con este relato
pues hice algo igual como a esa edad y acabé sangrando y llorando jaja
lo mas gracioso es como tu dibujando ahi coloreando tu mentecita dijo ahh vamos por los rastrillos jajaja
y lo de la carnita fué lo mejor jajaja